Finalmente se nos escapó el Aconcagua. Cinco dias continuos de nevadas algo que nunca ocurre en enero) y una tormenta de viento y nieve el dia que teníamos programado el intento de cumbre sellaron la suerte. Llegamos a los seis mil metros de altura de Plaza Cólera, donde se inauguró recientemente el refugio ELENA. Elena Senin falleció en enero de 2009 en las laderas del cerro. Sus padres donaron el refugio, que es el mas alto del mundo.
Mi experiencia en la montaña no es muy rica. Apenas un par de cumbres en montañas fáciles y muchos intentos en montañas no tan difíciles. La razón es simple: desde que empecé con esto me prometí a mi mismo y le prometí a mi familia no traerme nunca ningún souvenir de la montaña: si subo con veinte dedos quiero bajar con veinte dedos. Y para eso tengo una regla de oro: al asomarme de la carpa a la mañana, no importa a cuantos metros de altura esté, evaluar todas las razones que hay para bajar. Si ninguna me convence, recién ahí pensar en seguir subiendo.
El viernes 21 de enero a Javier, el colega con quien emprendimos este desafío, no le gustó el clima ni cómo venía el pronóstico. Cotejó eso con su experiencia en la montaña y decidió que haber llegado hasta los 4800 metros de Plaza Canadá era un buen número. La ruta normal estaba llena de montañistas, asi que no me pareció imprudente seguir subiendo solo.
El lunes 24 de enero, en una torpeza que ni los 5400 metros de altura de Nido de Cóndores pueden justificar, pierdo mi campera de duvet, y quedo con una primera piel y un micropolar mojado como para tener una chance de bajar "sin souvenirs". Para el martes el pronóstico era malo y había nevado toda la mañana, pero una ventana de buen tiempo mientras desarmaba la carpa para empezar a bajar me dejó ver que no era tan imprudente seguir subiendo (desde Nido de Cóndores parece que se toca la cumbre con las manos). Y subí hasta Plaza Cólera, con un micropolar.
Ese martes a la tarde se acabó la ventana de buen tiempo, apenas me dejó armar la carpa y sacar algunas fotos de rigor. La noche fue de viento y nieve, y la mañana del miercoles se sumaron todos los errores que había cometido: estaba solo, sin el abrigo adecuado y con el mal tiempo que se había pronosticado, a seis mil metros de altura. Me acordé de las razones para bajar. ¿Por qué no las tuve presente antes? porque la razón para seguir subiendo era buena, muy buena.
"Alta en el Cielo" es una bandera argentina confeccionada en Rosario con retazos enviados desde todo el pais. Mide 4,5 metros de ancho y ¡¡¡ 13 kilómetros de largo !!! Es la bandera más larga del mundo... y es argentina. Seguramente ustedes la habrán visto en algún desfile del Dia de la Bandera, o en los festejos del Bicentenario. Gracias a la generosidad ciega de Julio Vacaflor, el director del proyecto de Alta en el Cielo, yo tenía conmigo un tramo de esa bandera, para hacerla flamear en la cumbre del Aconcagua: una muy buena razón para seguir subiendo.
Pero el clima dijo NO. Ya lo había dicho 600 metros mas abajo, en Nido de Cóndores. De no ser por los padres de Elena Senin, en este momento yo no estaría "tecleando" este resumen, sino que se lo estaría "dictando" a alguien. El dolor de los dedos cuando están no muy lejos de congelarse no es tanto cómo el saber que no va a haber quien lo evite, excepto un refugio a seis mil metros de altura perdido en una ladera del Aconcagua, y dentro del cual me zambullí de cabeza. La imagen de Elena en el interior de la entrada al refugio va a ser eterna, como mi agradecimiento a la generosidad de sus padres. Gracias a ellos puedo decir que no me traigo del Aconcagua ningún souvenir, ya que la flictena que tengo en la falange distal del dedo medio de la mano derecha es de excelente pronóstico, aunque las disestesias van a durar algunas semanas.
Lamento realmente no haber podido cumplir el objetivo con Alta en el Cielo. NO SABEN COMO ME HUBIESE GUSTADO LLEVAR ESA BANDERA A LA CUMBRE !!! Desde que abandonamos Plaza de Mulas para seguir con el ascenso, obviamente nos quedamos sin internet, por lo que fue imposible mandar datos y fotos dia por dia, como realmente me hubiese gustado hacerlo. De modo que voy a hacer eso a lo largo de esta semana, como si lo estuviese enviando en tiempo real: si pierden cinco minutos todas las noches de esta semana visitando este blog, van a tener una idea de lo que fue nuestro viaje, y espero que lo disfruten como nosotros lo hicimos. Ahora que estoy disfrutando de mis verdaderas vacaciones en Puerto Madryn, al recordar esos extraordinarios dias en el Aconcagua, la única pregunta que se me cruza por la cabeza es si podremos ver flamear esa bandera en la cumbre de la montaña más alta de América antes de febrero de 2012, cuando se cumplan 200 años de la creación de nuestro Pabellón Nacional.
Me pregunto si podremos ver flamear a Alta en el Cielo en la cumbre del Aconcagua... y me pregunto quien la llevará...